domingo, 6 de mayo de 2012

Corazón de león

Quién nos iba a decir a nosotros allá por enero que íbamos a llegar a la última jornada vivos, tan vivos que dependemos de nosotros mismos, tan vivos que hasta empatando podemos salvarnos.
Todo el zaragocismo sabía que el día de ayer para nosotros era vencer o morir. El partido más importante del año, el partido que al final iba a significar media salvación. Pasaban las horas y los nervios crecían exponencialmente, 35000 almas hacían presencia en la Romareda y comenzaban a calentar el ambiente mientras que yo llegaba a mi casa, pues preferí sufrir solo.

La tarde empezaba mal, en imagenio no ofrecían en ningún canal el partido del Zaragoza así que tiré de streaming y de radio mientras en la TV me puse el partido del Rayo, por si no fuera mucho ya el sufrimiento.
Las cosas empezaron mal, muy mal para nosotros. A través de las ondas nos enteramos de que Franco Jara había adelantado al Granada en su partido contra el campeón de liga y, para más INRI, el Racing se ponía por delante en La Romareda. Estábamos matemáticamente en segunda división y el zaragocismo acogió con alegría el penal pitado a favor del Sevilla (En contra del Rayo) pero el destino quiso que Trochowsky lo fallase.

Ya en el templo, el Real Zaragoza se recuperó muy pronto del mazazo cuando Postiga conectó un cabezazo tras un centro desde la banda derecha poniendo el empate en el luminoso del municipal. Además, El Sevilla se adelantaba en el marcador poniendo al Real Zaragoza a dos puntos de la salvación momentaneamente.
La siguiente noticia que tuvimos en el resto de partidos que nos incumbían llegaba también desde Sevilla. Diego Costa no emuló a su adversario sevillista y transformó el penalti a favor.Este gol nos mandaba a segunda matemáticamente, otra vez. Pero poco tardó el Sevilla en volver a ponerse por delante, dando una bocanada de aire a nuestros guerreros que comenzaban a embotellar al Rácing con más corazón que cabeza. Las tuvimos de todos los colores pero la pelota no quería entrar. Postiga, Lafita, Oriol e incluso Adam Pinter, inmenso ayer, gozaron de buenas ocasiones pero Mario y el larguero no querían que el Real Zaragoza se acercara a la ansiada salvación. Todo parecían malos augurios cuando escuchaba que el Granada estaba teniendo las más claras y el Sporting se adelantaba en el marcador. Por otro lado, el Sevilla aumentaba su ventaja sobre el Rayo hasta colocarse 3-1.
Antes de los descansos, el Betis empataba al Sporting en el descuento, condenando a los de Clemente al infierno de la segunda división.
La Romareda a reventar. Vía Svenskafans.com


Comenzó la segunda parte y los nervios y la desesperación se palpaban en el ambiente, hasta en el de mi casa. El Sevilla se ponía 4-1 y, para fortuna nuestra, CR7 transformó un penalti señalado sobre él mismo y nosotros a lo nuestro, fallando ocasiones muy claras. Incluso el Rácing tuvo buenas ocasiones en las que obligaron a Roberto a lucirse y ser, una vez más (Y ya van 37), pieza imprescindible y alma de este luchador Real Zaragoza. El larguero y nuestra mala puntería fueron también los causantes de tal sufrimiento hasta que, en el minuto 79, se escuchó a través de las ondas de la cadena COPE al grandísimo Andoni Cedrún cantar el gol de Ángel Lafita sin poder contenerse pese a estar en una radio nacional. Luis García controló un pase largo desde la defensa, quiso definir pero Mario, portero racinguista, detuvo su disparo. El rechace le cayó al propio jugador asturiano que la puso con mimo al segundo palo donde se encontraba Helder Postiga pero no enganchó bien la chilena dejando el balón muerto para que Lafita, con el alma, la mandara al fondo de las redes mientras la Romareda se venía abajo.
Lafita celebra el gol. 
Un premio para un futbolista especial, único aragonés del primer equipo y zaragocista de cuna que vibró como un aficionado más reivindicando que debe quedarse en el Real Zaragoza, en su Real Zaragoza. Su corazón de león, su alma zaragocista merecían que el autor del gol fuera él.
Vía Zaragocistas.com
También fue un premio para una afición, una grada espectacular, una hinchada que ha sufrido un calvario, que está muy por debajo de lo que ha vivido durante 75 años y aún así no ha abandonado en ningún momento a su equipo y a sus jugadores



Y por si nuestra felicidad no fuera suficiente, los planetas se alinearon para que en el descuento de sus respectivos partidos El Valencia marcara al Villareal y el Madrid condenara al Granada con un gol en propia puerta haciendo que el Real Zaragoza dependa de sí mismo y que tengamos en la palma de la mano el culminar una espectacular remontada que hace unos meses era una utopía.
Este escrito, esta ilusión, no sería posible sin nombrar a Manolo Jiménez, nuevo héroe del zaragocismo y símbolo del club. Un hombre que merece un eterno agradecimiento e, incluso, una estatua en la plaza del Pilar. Su compromiso, su eficacia, su caracter han hecho que jugadores y afición se sumen a la causa y remen en la misma dirección para llevar a este club, que es lo más grande, al lugar que le corresponde, la 1ª división.
Ha sido una temporada dura, durísima, agónica y hemos sido capaces de llegar vivos a la última jornada. Queda un último esfuerzo, un partido difícil en el que ni jugadores ni afición podemos fallar.

¡¡AÚPA REAL ZARAGOZA!!
Sigueme en twitter: @Pablolansac





  

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