jueves, 22 de marzo de 2012

Está permitido soñar

No me lo podía creer. Me frotaba los ojos, me pellizcaba el brazo esperando despertar de ese sueño perfecto pero era real. AYER GANAMOS AL VALENCIA CF CON DOS MENOS Y REMONTANDO.
Concibo este partido como uno de los más sufridos y mejor ejecutados de los últimos 4 años. El Real Zaragoza convirtió este partido en una oda a la concentración, al saber sufrir y al oportunismo, que se plasmó cuando el conjunto aragonés aprovechó sus DOS ÚNICOS TIROS a puerta durante los 90 minutos.
Parece ser que, a pesar de sus evidentes carencias, estos jugadores han comenzado a entender lo que significa formar parte del Real Zaragoza y lo que eso supone (Dejarse la piel en cada balón por el león). Durante los 90 minutos, nuestros 11 soldados pelearon con el alma, quizás en exceso, acabando con 9 jugadores el partido.

El partido comenzó torcido para los nuestros que, con una defensa adelantada, se vieron agobiados por los atacantes valencianistas.
En el minuto 9, se adelantó el conjunto valenciano por medio de un polémico gol de Pablo Hernández que no debió subir al marcador.
Todo pareció perdido y esta sensación aumentó cuando Pablo Álvarez fue, para mí, correctamente expulsado por una entrada por detrás a Aduriz cuando marchaba solo contra Roberto. Nada más lejos de la realidad. A partir de ahí, el conjunto blanquillo lo intentó hasta que el árbitro interpretó penalti en una jugada entre Aranda y DeAlbert. Apoño lo transformó poniendo así las tablas en el marcador.
Via el periódico de aragón


A partir del gol, Jiménez aposto por esperar atrás y salir a la contra mientras que el Valencia, muy valiente, atacaba en ocasiones con más de 6 hombres. Parecía increíble que el Real Zaragoza lograra mantener este resultado y se mascaba el segundo gol de los chés.

En la segunda parte, la dinámica del partido no cambió y el Valencia siguió atacando con todo. Roberto, heroico como cada jornada, evitó una nueva humillación. Antes del segundo gol del Real Zaragoza, la realización de gol Tv mostró un dato tan expeluznante como exclarecedor. 24 tiros del Valencia por 4 del Zaragoza.
La locura llegó al terreno de juego cuando Lafita aprovecha un error de DeAlbert para iniciar la contra, poner la pelota en la frontal y observar como el centrocampista ex del Málaga pone la pelota donde Guaita no pudo llegar. A partir de ahí, el corazón nos latía a 250 km/h y nuestros guerreros se defendían como gato panza arriba ante las acometidas del Valencia. Aún pudimos cerrar el partido cuando una contra muy buena fue culminada de manera horrible por Franco Zuculini.
Victoria de los nuestros que nos permite soñar con la salvación. Locos de nosotros que sufrimos con este equipo, que lloramos, que hacemos locuras por este equipo. De momento, este domingo me cojo un bus a las 7 de la mañana y me planto en La Romareda con la esperanza de ver ganar a uno de los equipos más en forma del circuito. Ser zaragocista es tan bonito...



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