jueves, 22 de marzo de 2012

El microscopio de Zico


Qué alegría, qué alboroto, otra vez hay partido de Liga. Uno menos hasta consumar el esperado desenlace, pese a las fútiles esperanzas de quienes se agarran a cosas que no fueron pero que pudieron haber cambiado nuestro destino: si hubiéramos ganado a Osasuna estaríamos a solo 6 puntos del Villarreal; mira que dejarnos remontar por el Rayo después de ponernos por delante; la de puntos que se nos han escapado por errores individuales de la defensa o por no haber tenido la tensión necesaria, que los partidos duran 90 minutos; con todos esos puntos perdidos nos salvábamos seguro; no juegan a nada porque no cobran (bueno, este clavo ardiendo ya pasó, ya están empezando a cobrar, ¿empezarán también a jugar y a ganar?); etc. 



Sin embargo, la realidad es bien distinta, y basta un mero vistazo a la clasificación para darse cuenta de que, pese a todo lo que se diga, es el peor conjunto de la Primera División con diferencia, y eso que los que le preceden son casi igual de malos. Otros años la segunda vuelta supone una revolución en los equipos que cierran la tabla, que se dedican a ganar puntos a mansalva y a encarecer muchísimo la permanencia. Sin embargo, este año parece que se ha interpuesto una barrera entre los cuatro últimos y el resto de los equipos, y los de la cola no son capaces de completar un buen partido ni por equivocación. 


Hay quien se alegra porque el Villarreal haya fichado a Lotina, en el Sporting entrene Clemente, y en el Rácing ya no saben a quién sentar en el banquillo. Si a eso se suma la presencia de Manolo Jiménez en el Zaragoza, esa gente ya tiene su clavo ardiendo al que agarrarse aduciendo que mientras no se haya descendido matemáticamente aún hay posibilidades de salvarse. Dejando las obviedades y perogrulladas al margen, da lo mismo quién sea el entrenador, si los mimbres con los que ha de trabajar son, en conjunto, tan poco válidos. Da igual si juega fulanito o menganito, el resultado global es el mismo. Da lo mismo que haya rotaciones, lesiones o sanciones por acumulación de amonestaciones. No hay en el Zaragoza jugadores que, saltando al césped, sean capaces de cambiarle la cara al partido porque esas sustituciones son como cambiar un peón por otro, no aportan algo nuevo que permita al equipo luchar por la victoria. No hay un Yordi que posibilite colgar balones al área, que los baje jugando de espaldas a la portería para que un compañero suyo, viniendo de cara, dispare a puerta. No hay alternativas. 


Y Jiménez lo sabe, sabe que da lo mismo Micael que Apoño, Zuculini que Pintér, Da Silva que Paredes. Hoy cuenta con la baja de Postiga (vio la quinta amarilla al celebrar su gol ante Osasuna quitándose la camiseta, acto que yo acompañaría desde el club con una multa económica porque un futbolista debe ser perfectamente consciente de cuántas amarillas lleva y de lo que sucede al quitarse la camiseta), el regreso de Lanzaro tras su sanción, la no convocatoria de Da Silva por segunda jornada consecutiva, y con la presencia de dos jugadores, fichajes del mercado invernal, que han tardado menos de dos meses en declararse en rebeldía y hacer lo que les sale de la bragueta (como, por otro lado, ya se esperaba de ambos), como son Apoño y Aranda. Además, el delantero también anda tocado en lo físico, de modo que es duda su participación en el partido de Mestalla. 


Yo quemaba las naves, y no teniendo nada que perder ante el tercer clasificado, y sí mucho que ganar, pondría sobre el césped a un equipo y un planteamiento ofensivo. El Valencia ha dejado volar de su feudo nada menos que 15 puntos en lo que llevamos de temporada, y no hay que tener miedo a ir a por el partido. La derrota ya la llevamos por delante, ¿no? El empate no sería un mal premio, si acaso algo escaso tras la pifia frente al Osasuna, y la victoria sería ya un milagro muy bien recibido. De manera que yo pondría en liza al siguiente once inicial: Roberto en la portería; defensa de cuatro con Pablo Álvarez, Lanzaro, David Mateos y Obradovic; Zuculini de medio centro, con Edu Oriol y Juan Carlos por las bandas, y Micael en labores de media punta (a ver si se le ve alguna de las asistencias que va regalando en la selección portuguesa, donde juega mucho más cerca del área que en el Real Zaragoza); y arriba una pareja de delanteros formada por Lafita y Jorge Ortí. Las únicas dudas que tendría serían la de jugar con Pintér de central en el lugar de Mateos, y poner a Abraham en el centro del campo en el lugar de Zuculini. Pero bueno, siempre podrían salir en una sustitución posterior, sobre todo en el caso de Abraham. 


Por una vez, y sin que sirva de precedente, me voy a centrar en lo deportivo, y del innombrable ni voy a hablar, ea. Buen partido esta noche, muchachos, y mucha suerte.


"Zico"

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